Autonomía de gestión escolar y su relación
con la función directiva.
Es la capacidad de la escuela para
tomar decisiones orientadas a mejorar la calidad del servicio educativo que
ofrece, es decir, que la escuela centre sus actividades para que los alumnos
adquieran los aprendizajes esperados como se enmarca en la RIEB. Para ello es
necesario que se reúnan los integrantes de los CTE’s porque es ahí donde de
manera inmediata y partiendo de las necesidades de las escuelas se analizan,
atienden, dan seguimiento y evalúan las situaciones que existen y se buscan los
beneficios para todos. Una de las condiciones para que se pueda desarrollar la
autonomía de gestión es que haya liderazgo del directivo y que el trabajo sea
colaborativo y en colegiado así como la supervisión de los procesos de
enseñanza y aprendizaje en las aulas, así como la orientación pertinente para
que se loguen adecuadamente las Estrategias Globales para la mejora de los
mismos en el interior y si no buscar asesoría y/o apoyo para su desarrollo e
involucramiento de los padres de familia en todo lo expuesto hasta ahora, todo
esto con evidencias que permitan identificar necesidades, prioridades, avances
en los objetivos y metas.