APRENDIZAJE COOPERATIVO.
El aprendizaje cooperativo es una estrategia
de la cual aún no se ha aprovechado su potencialidad educativa. Si bien se
fundamenta en varias disciplinas científicas, son notorias las contribuciones
de Lev Semionovich Vigotsky acerca de la concepción social del aprendizaje. Su
postulación se centra en considerar al individuo como el resultado del proceso
histórico y social donde el lenguaje es muy importante. Además sostiene la construcción del conocimiento como el
proceso de interacción entre el sujeto y su medio social y cultural además del
físico.
Por lo tanto, las funciones mentales
superiores (atención, memoria, comunicación, lenguaje, conocimiento etc.) sólo
se van a adquirir y a desarrollar a través de la interacción social porque a
través de la interacción con los demás se adquiere conciencia del yo.
De estas postulaciones, las investigaciones
que se han realizado demuestran cómo el alumno aprende más y mejor cuando lo
hace en grupo, en un intercambio entre compañeros. Sin embargo, aún existe por
parte del docente, desconfianza de sus resultados y se pueden encontrar grupos
que trabajan de forma individual y a veces competitiva sin reparar en las
consecuencias para la dinámica del mismo grupo.
Se presentan las tres formas de relación
entre los alumnos para aprender más frecuentes,
y también en el grupo de maestros:
Individualista. Cada alumno debe preocuparse de su trabajo y de alcanzar los
objetivos propuestos, independientemente de lo que hagan sus compañeros, sin
importarle que ellos alcancen sus objetivos. Por lo tanto se impide la
comunicación y el intercambio por lo que no existe interdependencia. Cuando
llega a permitírseles interactuar desbordan su alegría por compartir con el
otro.
Competitiva. Se presenta cuando los alumnos saben que sólo pueden alcanzar el
reconocimiento del profesor y alcanzar un objetivo de aprendizaje si y sólo si,
los otros compañeros no consiguen lo propio. De ahí que es mejor no ayudar al
otro, porque sólo uno puede ser el primero. Las situaciones de competencia
favorecen en los alumnos buscar el reconocimiento a expensas de sus compañeros,
por eso cuando alguno comete un error es motivo de gusto porque suponen una
nueva oportunidad para ellos y además promueve la ridiculización y la desvalorización.
Estas dos maneras de estructurar las
actividades en el aula son caminos seguros para poner a cualquier alumno en una
situación de desventaja, dado que no favorecen el respeto y la colaboración
y por tanto no toman en cuanta las
necesidades de todos los alumnos. Así, los escolares que no lograron cubrir el
requisito de la tarea porque no entendieron o porque no fueron claramente
especificadas las instrucciones, o porque el material no era el adecuado para
ellos, o porque el tiempo no fue el suficiente, serán clasificados como “los
menos inteligentes.”
Cooperativa.
Cuando las actividades de aprendizaje se organizan de
forma cooperativa, cada alumno percibe que puede lograr un objetivo si sólo si
los otros compañeros alcanzan el suyo; los resultados que persigue cada miembro
del grupo, son beneficiosos para los restantes miembros con los que está
interactuando cooperativamente. En sí, su propósito es que los alumnos trabajen
juntos par maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. Por tanto es, un
cambio en la organización del trabajo en las actividades dentro del aula y en
al propia escuela, ya que los maestros tienen que vivirlo para poder trabajarlo
en sus grupos.
Ferreiro y Calderón, lo definen como “...un
modelo educativo innovador que propone una manera distinta de organizar la
educación escolar a diferentes niveles: de escuela en su totalidad, en tal
sentido, es un modelo de organización institucional; del salón de clases,
siendo entonces una forma de organización de la enseñanza y el aprendizaje;
pero también puede ser considerado como un método o técnica para aprender”[1]
VENTAJAS DEL APRENDIZAJE COOPERATIVO
El aprendizaje cooperativo va más allá de
agrupar a varios alumnos para trabajar “en equipo”, en donde realizan una tarea
individual y posteriormente se reúnen para entregarla un representante del
mismo, no es sólo organizar la clase en “grupos”, no es indicar que se reúnan
en horario extraescolar para elaborar una tarea, ni es organizar los equipos
con alumnos que “más saben” para que ayuden a los que “menos saben”.
El aprendizaje cooperativo como estrategia
de enseñanza, persigue sí, que los alumnos estructuren aprendizajes
significativos, pero sobretodo, desarrollen la capacidad de cooperar, de
valorar la diferencia y de brindar respeto
a los demás.
Al llevar a cabo lo anterior con el grupo de
aprendizaje, las investigaciones indican que la cooperación, con diferencia
a la organización individualista y
competitiva, los alumnos:
-
desarrollan la autoestima por el reconocimiento de sus
habilidades y con ello un sentido de pertenencia al grupo.
-
generan más relaciones de ayuda y
solidaridad al compartir un sentimiento de responsabilidad con los miembros del
grupo.
-
aprenden a tomar decisiones y a
solucionar problemas de la vida real.
Las situaciones de fracaso escolar
disminuyen considerablemente, porque al reunir a los alumnos en grupos
heterogéneos en los cuales habrá variedad de estilos para aprender, diversos
talentos e inteligencias, se dará oportunidad de que al trabajar juntos, conozcan
cómo piensan y se resuelve el mismo
problema de diferentes maneras, de acuerdo a la experiencia de cada uno
y de sus habilidades. Se valoran, por lo tanto, los diversos puntos de vista y
las distintas maneras de hacer las cosas, y se reconocen las dificultades que
todos en algún momento de la tarea llegan a tener, para brindar el apoyo
adicional y poder terminar el trabajo.
El hecho de aprender y ayudar a aprender,
lleva al alumno a darse cuenta de cuáles y cómo
son sus formas, estrategias, estilos y apoyos para aprender y de los
demás, lo que favorece hábitos metacognitivos y de autoevaluación.
De esta forma, cada alumno desarrolla su
responsabilidad hacia su propio trabajo y de los resultados a los que llegue
según su competencia. Tiene, entonces un lugar reconocido como estudiante, como
integrante de un equipo, como parte de
un grupo y como alumno de la escuela.
Las ventajas de los grupos de aprendizaje
cooperativo son claras, sin embargo, aún existe resistencia por una falta de
convicción de sus resultados sobre los del trabajo competitivo o
individualista, o bien por el temor de enfrentarse a un cambio total en la forma de organizar el
trabajo en el grupo.
COMO TRABAJARLO EN EL AULA
Antes que nada, el papel de actuación del maestro es la piedra angular
para trabajar de forma cooperativa. En un enfoque teórico y metodológico
sociocultural, cognoscitivista y cognitivo es el de ser un maestro mediador, esto es, negociar el contenido de enseñanza con
las características particulares de cada uno de sus alumnos de tal manera que
todos tengan la oportunidad de acceder a las experiencias de aprendizaje.
El maestro, entonces, tiene como tareas las
siguientes:
-
Explorar y conocer las potencialidades de los alumnos
en las áreas de desarrollo: en lo afectivo, en lo social, en lo conductual, en
lo físico, en lo intelectual o cognitivo.
-
Reconocer y respetar los estilos y
ritmos de aprendizaje puesto que cada uno tiene su particular forma de
aprender, de tal manera, que la enseñanza se ajuste a dichas características.
-
Por medio de actividades diversas
determinar los conocimientos, habilidades , actitudes para conocer sus necesidades de aprendizaje.
-
Conocer sus intereses y
preferencias para empatar el contenido y despertar el gusto para aprenderlo.
-
Ofrecer la ayuda necesaria con
apoyos y recursos que existan en el aula, así como proporcionar instrucciones o
información de acuerdo a lo que el alumno precise en el momento oportuno. Ni
más ni menos. (Zona de desarrollo potencial)
-
Darle valor y significado al
error, como oportunidad para el aprendizaje.
-
Permitir la creatividad en todas
sus manifestaciones, creación de productos innovadores.
-
Reducir el aprendizaje memorístico
y enseñar el proceso de la información.
-
Precisar las tareas específicas
con instrucciones precisas y resultados esperados, donde los alumnos son
participantes activos.
-
Evaluar de maneras diversas,
tomando en consideración las formas de aprender de cada alumno.
Existen varias propuestas[2]
para trabajar en grupo cooperativo, pero el método cooperativo por excelencia,
es aquél que el maestro elige para ponerlo en practica con sus alumnos, en un
momento determinado, y de acuerdo a las competencias del propio maestro.
Sin embargo, se mencionan cuatro requisitos
indispensables para empezar a trabajar en grupo cooperativo:
1.
Formar grupos heterogéneos, por ambos sexos, habilidades, capacidades,
intereses diversos.
2. Se establece una tarea y un
reconocimiento grupal. La tarea debe tener un objetivo común , el cual no
quiere decir hacer algo en común,
sino aprender algo como grupo (de
acuerdo a los propósitos educativos) y que implique un reconocimiento grupal.
3. Responsabilidades individuales. Cada
miembro es responsable de las tareas individuales y las del grupo, de ahí que
el éxito del trabajo grupal sea considerar que todos los miembros del grupo
aprendan participando y haciendo lo que pueden realizar por sí solos y con
ayuda de sus compañeros.
4. No es requisito que los miembros del grupo aprendan lo mismo
y al mismo nivel, sino en función de sus capacidades y necesidades de
aprendizaje. Por eso es importante que todos los miembros reconozcan sus
esfuerzos por aprender y su intervención para concluir la tarea común. De esta
manera todos, independientemente de su nivel, se esfuerzan y no se comparan con
los demás.
5. Desarrollo de habilidades sociales. Las
habilidades para colaborar y trabajar en equipo tienen que aprenderse y por
tal, tienen que enseñarse, y practicarlas todo el tiempo, dado que si bien los
prepararán para el aprendizaje cooperativo, les servirán para toda su vida.
Estas habilidades sociales según Vernon
(1993) son:
-
Saber compartir las ideas. (Share)
-
Comunicar bien los elogios. (Compliment)
-
Ofrecer ayuda y motivación.
(Offer)
-
Recomendar cambios en forma
amable. (Recommend)
-
Ejercer un buen auto control.
(Exercise)[3]
En alguna ocasión un maestro opinó al hablar
del trabajo cooperativo con sus alumnos: “de verdad no es nada fácil”, y la
respuesta a su afirmativa idea fue ¿...y ese esfuerzo no lo valen nuestros
alumnos?
[1] Ferreiro, G. Y Calderón, E. El
ABC del aprendizaje cooperativo. p. 31
[2] Cada artículo enfatiza o destaca algún aspecto con el que
comulga, para ponerlo en práctica en el
aula. Así, hay quienes resaltan el papel
del maestro, otros en la precisión de la tarea y otros en considerarlo como una
de las partes, dentro de los propósitos, variedad de actividades, utilización
de los recursos, etc. para el mejoramiento del proceso de enseñanza.
[3] Ver anexo para conocer sus características.
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